¿Cómo preparar el primer día en la guardería?
Tu permiso de maternidad ha terminado. Vas a volver a trabajar y tu bebé va a volver a la guardería. En algunas ciudades, encontrar una guardería colectiva para su hijo es un verdadero reto. Pero para ti, no hay problema, has encontrado una plaza en una guardería para tu pequeño.
Ha elegido este tipo de atención por todas las ventajas que ofrece: autonomía, desarrollo social, aprendizaje psicomotor y primer acercamiento a la vida en comunidad. Está seguro de haber hecho la mejor elección. Y tienes razón.
Sí, pero aquí está la cosa. Estás un poco ansioso por el comienzo de la guardería. Después de semanas de vinculación con el bebé, temes la separación. También te estresa la idea de que tu pequeño no sea capaz de adaptarse a la vida en grupo. El nuevo ritmo, el ruido, los otros niños. No te preocupes, otros pequeños han pasado por esto y les ha ido muy bien. Han disfrutado de todas las ventajas de la guardería y han hecho muchos amigos y grandes recuerdos. Para preparar los primeros pasos de tu bebé en la guardería, sigue nuestros consejos.
Consejo 1: Planifique un periodo de adaptación
Es esencial un periodo de adaptación gradual de una o dos semanas para que el niño y sus padres se familiaricen con su nuevo entorno vital. Este tiempo también es necesario para que los profesionales y los otros niños puedan establecer vínculos y puntos de referencia. Las condiciones se definen en consulta con el equipo de la guardería que acoge al niño.
Para la primera vez de tu bebé en la guardería, no tengas prisa. Tómese el tiempo necesario para adaptar a su hijo a su nuevo entorno. Piensa en tomarte unos días libres (divididos con el padre) para estar disponible durante este periodo.
Los primeros días, se le pedirá que se quede con su hijo en la guardería durante unas horas para que se acostumbre al lugar. Un referente de la guardería, el educador o la enfermera de la guardería, que se ocupará de su hijo después, permanecerá a su lado. Es una buena manera de conocer a la persona del equipo que cuidará de tu bebé primero. Después, dejarás a tu pequeño solo durante unas horas y luego vendrás a recogerlo para las comidas y las siestas. Poco a poco, los periodos de atención se irán alargando hasta tener una jornada completa.
Pronto te darás cuenta de que cualquier llanto de los primeros días habrá desaparecido por completo al final del periodo de adaptación. Tu bebé estará en un entorno lo suficientemente familiar como para que lo dejes allí. Está tranquilo y sabe que volverás a por él.
Consejo 2: Comuníquese con el personal
La guardería es también un lugar de intercambio con el personal: director, referente, psicólogo. Todas las personas presentes y activas con tu hijo están ahí para ayudarte e informarte.
Aprovecha el periodo de adaptación para hacer las preguntas que se te ocurran. Fíjate bien en la forma en que el personal de la guardería atiende a tu bebé. No dude en contarles los pequeños detalles del día de su hijo. Aunque la guardería no permita necesariamente un cuidado a medida, sí ofrece adaptarse al carácter y las necesidades específicas de los niños.
¿Pequeño o gran dormilón? ¿Un glotón o un quisquilloso? Anota todo en el cuaderno de transmisión que te entregarán cuando llegue tu pequeño. La persona encargada del cuidado de tu hijo también anotará el transcurso de su día: actividades, horas de siesta, comidas realizadas. A veces con fotos o pequeños dibujos. Por tu parte, puedes detallar tus fines de semana o cosas importantes para compartir. Este cuaderno se convertirá en el elemento central de sus intercambios y quedará como un bonito recuerdo de los primeros años del bebé.
Consejo 3: hable con su hijo
Su hijo lo entiende todo y percibe los más mínimos cambios en su vida cotidiana y su organización. Si te preocupa que tu bebé vuelva a la guardería, no es el momento de ocultarle cosas o de fingir que todo está bajo control.
¿Vas a volver a trabajar? Díselo con sinceridad. Si es para tener algo de tiempo para ti, tampoco te preocupes. Es comprensible. No te lo echará en cara mientras estés en sintonía con tus decisiones. Explica con calma a tu bebé que va a volver al colegio en un lugar nuevo, rodeado de gente nueva. Háblale de los muchos beneficios que obtendrá en términos de conciencia, independencia, socialización y aprendizaje. También dile que no es tan sencillo para ti. Que te alegras por él de este nuevo gran paso, pero que le echarás mucho de menos. Recuérdale a tu pequeño que ninguna separación es agradable, pero que ésta es sólo temporal y que siempre estarás ahí para él. Cuando dejes a tu hijo, no te vayas nunca sin explicarle que volverás a recogerlo por la tarde y sin despedirte. Es posible que no lo entiendan y se pongan nerviosos por su repentina desaparición.
Consejo 4: Evite los momentos difíciles
Algunos momentos son más difíciles que otros para dejar a tu bebé. Si su hijo nunca ha sido atendido fuera de la familia, la llegada a la comunidad puede ser complicada. Si puedes, evita las edades de 4, 8 y 12 meses, que son edades en las que la ansiedad por separación está muy presente. Aunque te parezca muy pequeño, las edades de 2 ½ o 3 meses son a veces más fáciles de gestionar las transiciones y los cambios de guardería.
Consejo nº 5: Piensa en las rutinas y en los objetos reconfortantes
Una vez superado el periodo de adaptación, entrará en una determinada rutina. Intenta mantenerlo en la medida de lo posible no cambiando el horario de la guardería de tu hijo todo el tiempo y siendo tú mismo regular y disciplinado.
Evita los abrazos largos un día y casi se escapa al siguiente.
También hay que evitar las llegadas tardías y las caras diferentes para recoger al bebé cada noche.
Mantén los mismos rituales y tiempos de separación. El bebé necesita señales.
Céntrate en objetos transitorios y reconfortantes: su peluche, su chupete, un pañuelo con tu olor, una foto tuya y de papá en un marco pequeño. Todos los objetos que le son queridos y que le ayudarán a calmar sus ansiedades o un poco de cansancio durante el día.
Consejo nº 6: confíe en el equipo de la guardería
Si no entras inmediatamente en una relación de confianza con el equipo y especialmente con el referente de tu hijo, éste lo notará y se preocupará por la situación. La directora, las educadoras, las enfermeras de la guardería y los enfermeros están cualificados y formados. Todos ellos son profesionales de la primera infancia. Trabajan en cohesión con su hijo para garantizar su bienestar y seguridad. No hay que preocuparse. Tu bebé está en buenas manos en la guardería. Si sigues teniendo dudas, háblalo con franqueza con la persona afectada o con el director.
Ahora estás bien preparado para acompañar a tu bebé en su primer día en la guardería. El sueño de tu bebé es una de tus mayores preocupaciones. Por regla general, los bebés se acostumbran rápidamente a las siestas en grupo. Su necesidad de dormir es tal que caen rápidamente en los brazos de Morfeo en cuanto han comido. Su hijo estará acompañado por profesionales para gestionar su sueño. Se asegurarán de que se respeten su ritmo y sus necesidades específicas.